martes, 12 de febrero de 2008

Trastornos del apetito

La plaga del siglo XX que aun continúa

Se las llego considerar la “epidemia de los 90s”. Pero lo cierto es que se conocen desde hace siglos. Los romanos, por ejemplo, tenían la costumbre en los banquetes de provocarse el vomito cuando estaban demasiado llenos y luego continuar comiendo ávidamente. No obstante, la frecuencia de estos trastornos ha aumentado considerablemente desde 1970, y tuvo su auge en la decada pasada. Hoy, que no estamos muy distantes de aquella década, todavía somos testigos de sus repercusiones y de lsa dolorosas consecuencias que han sufrido quienes han caído en las implacables garras de esta plaga.

1. Los trastornos y sus riesgos

Anorexia. Inapetencia prolongada o negativa comer a causa de un problema emocional. No es provocada por una enfermedad física. La persona que padece este trastorno tiene miedo a ser obesa, y se ve como tal aunque este muy delgada. Entre los riesgos que conlleva están:

Trastornos sanguíneos
Tensión arterial anormalmente baja
Mareos o debilidades anormales
Palpitaciones irregulares
Fallo cardiaco repentino
Piel amarillenta
Pérdida de masa ósea
Trastornos hormonales
Detención de las menstruaciones
Caída del cabello

Bulimia. Apetito insaciable e irreprimible seguido de inducción artificial al vomito o al us de laxantes. Loque le preocupa a quien la padece es su tipo y peso. Entre sus riesgos tenemos:

Menstruaciones irregulares
Debilidad muscular y calambres
Deshidratación, mareos
Caries y desgaste de esmalte dental
Intolerancia al frió, fatiga
Problemas digestivos
Palpitaciones irregulares que pueden conducir a ataques cardiacos repentinos
Laceraciones y hemorragias en el esófago
Dolores abdominales

Aunque la anorexia y la bulimia son los trastornos mas comunes, existe uno tercero que también afecta a miles de personas.

Apetito desordenado e impulsivo (atracón). Consumo irreprimible de alimento motivado, entre otras cosas, por la ansiedad o el nerviosismo. Puesto que lo que se consume no es eliminado por ningún medio artificial (como si sucede con la bulimia) suele resultar en aumento de peso o hasta obesidad. Riesgos:

Diabetes
Hipertensión
Enfermedades del corazón y otro tipo
Daños emocionales

Lógicamente el ser obeso o delgado no indica necesariamente que se tenga un trastorno del apetito, pues puede haber otras causas. Existe trastorno cuando la actitud de la persona para con el alimento y para con el peso se desequilibra. La persona come o rehúsa comer motivada por profundas alteraciones emocionales.

2. Factores que contribuyen desarrollarlas

Hay que reconocer que hay muchos factores que influyen en una persona para desarrollar esta enfermedad, entre los que se cuentan la genética, la salud o anormalidades bioquímicas y hasta el ambiente familiar. Existen, de hecho, otros factores claves que han contribuido al avance de esta plaga y que consideraremos en el punto 3.

No obstante, los especialistas admiten que hay otro factor determinante que ha servido de motor al avance de este mal. Es lo que se ha dado por llamar “El altar de la delgadez”. Tras la I Guerra Mundial (1914-1918) el interés por la moda (y el deseo de estar a lamoda) en el ambiente femenino aumento de forma vertiginosa gracias a la aparición de los grandes almacenes, las revistas para las mujeres y las fotografías de modas. Puesto que las modas nuevas y elegantes se producían en serie y en “tallas estándar”, la mujer debía tener la figura “apropiada” para poder “estar a la moda”. El no poseer tal figura resultaba frustrante y vergonzoso para una mujer. Un influyente libro de dietas de la época vinculo el control del peso con el amor propio. El exceso de peso en la mujer se veía como un defecto de personalidad y una traba social. Muchos adoptaron el concepto de que el tamaño y la forma del cuerpo era una medida de valía personal.
Esta nueva filosofía, como era de esperarse, convirtieron la dieta y la belleza en una obsesión. Según una encuesta actual, casi la mitad de las entrevistadas consideraron el “perder peso” mas importante que el “éxito en el trabajo”.

Hoy por hoy, la delgadez se ha convertido en símbolo de fuerza, logro y atractivo, lo que ha llevado a muchos jóvenes a hacer de la dieta un “dogma de fe”, cuyo resultado ha sido, evidentemente, los trastornos del apetito.
Pero, ¿Por qué, bajo las mismas circunstancias, algunas personas llegan a padecerla y otras no? La respuesta la hallara en el siguiente punto. Para ello visite http://blogdelmilenio.blogspot.com/2008/02/trastornos-del-apetito.html